El año literalmente se nos
acaba de ir y las temporadas de ‘comprar’ están a la vuelta de la esquina.
Y es que entre calabazas,
calaveras y árboles de navidad, las ventas nocturnas y las ofertas se vuelven
cada día más y más frecuentes.
Una en particular, que
poco a poco se ha institucionalizado es el Buen Fin.
Este
evento empezó en 2011 como una iniciativa del sector empresarial para reactivar
el consumo, el cual en ese entonces aún se veía afectado por los efectos de
algunas crisis.
Este año
no será la excepción. Ahí les van unas verdades para que protejan tu dinero:
Los meses sin intereses no son una oferta: Algo que debemos aprender a distinguir es qué
es una oferta y qué no lo es… Y los meses sin intereses de ninguna manera lo
son. Son formas de financiamiento que están presentes todo el año. Úsalos para
aminorar el impacto de una compra muy grande y repartirlo en pequeños pagos. Y
por favor siempre elige siempre los plazos cortos.
Hora de ofertas = Hora de gastar. Nada de eso. Piensa en tu ahorro como una
llave para tu mañana o como un colchón ante un imprevisto. Ponte un presupuesto
-es en serio- y no te pases, aunque te mueras por hacerlo.
El que no compara ¡no avanza!: Si ya sabes qué quieres comprar, realiza una
búsqueda en internet y verifica dónde te conviene hacerlo. Si estás en una
tienda, no te vayas con la primera opción, es muy probable que lo puedas
encontrar en otro establecimiento a un mejor precio. En días de ofertas todos
quieren vender más, ¡Aprovéchalo!
Ten muy claro qué es lo que quieres comprar: Una de las cosas más alocadas que puedes
hacer en tu vida es lanzarte a una tienda llena de ofertas y no tener claro qué
es lo que quieres comprar. Si haces esto, seguramente terminarás con un montón
de cosas que no necesitas y sin dinero en la cartera. Así que piensa muy bien
qué es lo que quieres comprar.
El Buen fin no es el fin del mundo: ¿Qué es
lo peor que puede pasar si no compras ese día? Poco realmente. Siempre te lo
diré: Ofertas siempre habrá, ¿no crees? Por ello tómalo con calma, aunque
tengamos las posibilidades de gastar, debemos actuar con inteligencia para que
no nos metamos en una bronca que no queremos y sobre todo que nuestro dinero
rinda de verdad.
Por
último y antes de despedirnos, no compres por comprar. Piensa que el Buen Fin
no se trata de gastar sino de ahorrar. No compres lo que no necesitas, ver por
lo que sí y aprovecha las ofertas para que no te lamentes cuando llegue el estado
de cuenta.
Extracto tomado de: blog.piggo.mx
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